Las horas se me escurren
En tan honda tristeza
y sin embargo el sol
brilla todos los días.
Mis manos se disponen
y laboran sus horas
y dejan huellas leves
tejiendo itinerarios.
Mi corazón se parte
desangran mis arterias
en su mapa de enigmas
por umbríos rincones.
Sin embargo mis ojos
construyen nidos tibios
Mi voluntad labriega
inaugura razones.
Amo la vida –aún esta
transida de dolores-…
Cada mañana es ala
Cada tarde es un vuelo
Y cada mediodía
una mesa tendida
con el pan amasado
por dedos de ternura
y el cántaro del agua
prodigando frescura.
Siempre aguardo las noches
sus estrellas silentes
su mansedumbre cauta
alumbrada de grillos
Entonces el alma dice
“habrá nueva alborada
luces en la mirada
y en la artesa querida
harina y levadura”