Adónde van las almas, que sufren en la tierra
Sus últimos momentos, luchando por ganar
Soldado de la patria, soldados de una guerra
Herencia de injusticias, que tienen que librar
Esquirlas en el alma, rodean tu grandeza
Tu cuerpo mutilado en plena juventud
Dejaron a sus padres llorando por su ausencia
Dejaron a sus hijos, en vientres y sin luz.
Seguro una mañana despertó una conciencia
Conciencia de la lucha, debían afrontar
Algunos con muy poca o escasa experiencia
Sumaron voluntades, sumaron entereza
Sabían que un destino debían enfrentar
Pasaron más abriles de aquella injusta guerra
Tenías dieciocho años, el sol recién comienza
Andabas por el mundo, con sueños soberanos
No existen las derrotas, eras hijo, eras hermano
Brillo tu honor, en tan perpleja gloria
Marchabas el camino seguro a la victoria
Alientos, cantos, cartas, himnos de amor y promesa
Juraban argentinos confiando tal proeza
Proeza desigual en armas y experiencia
Era un abismo oscuro, oscuro y sideral
Pero eso no importaba si había gran certeza
De defender con alma
La perdida perla austral.
Soldaditos de provincia, que dormían en trincheras, y en largas vigilias frías pensaban en sus promesas
De volver como patriotas y ser héroes de esta tierra.
Pero dominó el olvido, la negación la estrategia
De silenciar esas voces sepultadas en la niebla
Otros quitaron sus vidas, no soportaron su pena
Los que viven sobreviven, a tan dolorosa guerra
Guerra a la que apoyamos con entusiasta vehemencia, y que solo por dos meses se creyó en vano ganar.
Los muertos quedaron muertos
los vivos también los están, se quedaron con las almas acompañando el momento
En que el destino triunfante dios quiera vuelva a juntar.