Por Sonia Abian para NEACONATUS
Dibujos Urgentes ofrece una experiencia distinta para el lector pero con las características que definen a la literatura regional. Abarca un espacio temporal de tres años. Comienza en nuestro año más difícil: 2020, un año de pandemia y reducción a las capacidades de la mano. Protagonismo entonces de la herramienta: el lápiz. Inicia con un planteo conceptual de “encierro.” Aquí tenemos el lápiz-casa, el libro-casa, los dibujos que documentan el paso del tiempo, los libros leídos, las luchas y fechas importantes de nuestra historia reciente. En muchos dibujos se referencian obras de artistas como René Magritte, Yayoi Kusama, o Edward Hopper, que tematizaron el aislamiento o la soledad desde otros ángulos.
Poco a poco el hilo de este relato nos va llevando hacia atrás en el tiempo, hasta un planteo más práctico donde prima la observación de un objeto, en este caso, en las construcciones que forman parte de la historia de la arquitectura occidental, avistadas en alguna ciudad del mundo el año anterior al aislamiento obligatorio. Dejamos atrás los tiempos del COVID. Ahora la función del dibujo no es el desarrollo visual de una idea personal, sino transmitir los rasgos característicos de un edificio, que pueden ser góticos, modernistas, de estilo mozárabe o funcionalistas.
Le siguen una serie de dibujos de 2018 que nos ofrecen un adentramiento en la situación de quien dibuja un bar, una mesa, una taza de café.
Imágenes que dicen mucho
Todos los dibujos tienen un texto. Una fecha, un nombre, un lugar, una descripción, una reflexión. Son textos que revelan una tensión entre el decir y el no decir, entre la gestualidad del trazo y la formación de un significado. Cuando la grafía modula una palabra o frases que podemos leer y que nos dicen cosas como “amontonados estamos indefensos” o “la soledad solidaria,” que nos hablan de la experiencia del autor en pandemia, y también de la ventana desde la cual se la mira.
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Pero otras veces el trazo quiere mostrarse sólo como trazo, conservar la apariencia de un lenguaje verbal que va dibujando una escritura de literatura regional entre comillas pero que ya no quiere transmitir un sentido concreto a través de palabras, sino construir una superficie, un “entorno discursivo,” por ejemplo, para la mínima expresión de una casa en la que vemos a una persona. Podríamos equiparar a esta escritura que la rodea con un murmullo: algo está siendo dicho, pero no sabemos bien qué es, si acaso lo que tiene lugar ahí afuera es un peligro, una alerta, una disputa, una confusión de voces. En todo caso la grafía aparece como un espacio público ¿en conflicto?
En Dibujos Urgentes hay casas que a veces forman ciudades, vistas panorámicas, o planos detalle. Hay personas y hay un lápiz con poderes que aparece cada tanto y que tiene la capacidad de transformarse en otros objetos y asumir funciones como la de ser un cameo del autor.
Dibujos Urgentes cuenta con un diseño y edición editorial a cargo de Paula Dreyer y Susana Alonso.
“Dibujos Urgentes” está disponible en ComprasMisiones.com.ar