En una edición más del programa radial de Cultura en Movimiento, transmitido por Radio Libertad, el conductor Café Azar dialoga con Cecilia Moya, una cantante y compositora misionera. A lo largo de una satisfactoria charla que se adentra en un día a día que simboliza también el de varios otros artistas independientes de la región, Moya habla de los temas que más le interesan: la inspiración detrás de sus letras, la diferencia entre componer en guitarra y en piano, y la inclusión tan necesaria que en la industria musical, al igual que en muchos lados, todavía está incompleta. Moya está sentando de a poco las bases para que su banda de apoyo se convierta en una banda en el sentido más tradicional de la palabra, pero también está sentando las bases, desde su lugar, para un futuro en donde las artes no estén excluidas artificialmente de la política.
CAFÉ AZAR: La entrevistada es una artista que hace muchos años viene trabajando en la provincia y en otros lugares del país. Estoy hablando de Cecilia Moya. Ceci, ¿cómo te va? Muy buenos días. Aquí, desde Cultura en Movimiento y Radio Libertad, Café Azar te saluda.
CECILIA MOYA: Hola Café, buen día. ¿Cómo estás?
AZAR: Pero muy bien, ¿cómo estás vos, Ceci? A lo largo de tu historia, de tu camino recorrido con la música, primó la cuestión más acústica. Me parece que, en general y por lo que tengo visualizado, tenés más presentaciones acústicas que con banda.
MOYA: Sí, porque siempre fue mi instrumento la guitarra. Nunca encaré realmente una guitarra eléctrica o toda la cuestión de efectos, que es un mundo paralelo que me encanta. Entonces cuando toco sola, toco en ese formato acústico. Ahora ando explorando ponerlo en escena para el año que viene. Hacer el set sola, con la computadora y algunas cositas así que me encantan. Tiene que ver un poco más con eso, con que el instrumento que tengo es la guitarra, pero siempre tuve la intención de sonar de otras maneras. Siempre me pareció interesante esa versatilidad.
AZAR: Ese partir de la guitarra es una limitación pero a la vez es la posibilidad de la apertura de un mundo, porque la riqueza que tiene el color acústico también es muy grande.
MOYA: Claro. A mí me parece que eso de partir de la guitarra con las composiciones, que en general las hago con la guitarra, también le da a las canciones esa impronta y después, por más que se hagan en versiones con banda y con todo, no dejan de tener esa esencia “acusticona” que se fusiona con todo lo otro. Entonces, me parece que el cambio real, o un poco más notorio, va a ser cuando empiece a componer con teclado o piano. Me parece que eso marca bastante. Viste que siempre cuando escuchamos a los pianistas – a Charly (García) o Fito (Páez) – se nota un montón que ellos componen con el piano. Sin embargo, los trovadores cubanos, que son más guitarreros, tienen otras canciones.
AZAR: Pensaba en esto que vos decías. Más allá de que esté toda la banda, siempre hay un sonido de cuerdas que es la base de todo.
MOYA: Sí. Me parece que las canciones en sí mismas se arman desde ahí, entonces siempre está. Aunque la guitarra en algún momento desaparezca, porque hubo decisiones en esta ocasión de decir “Bueno, la guitarra acústica acá ya no es necesaria.” Eso a mí me encanta, porque también me da una libertad al cantar. Me puedo desprender completamente de la guitarra y solamente cantar. Me parece muy divertido.
AZAR: Me hizo acordar a Augusto Roa Bastos. Él decía que el pueblo paraguayo hablaba sobre la estructura del guaraní sin hablar en guaraní, hablando solamente en castellano, mientras que el fondo de todo es la estructura del guaraní. Con esto creo que es lo mismo: está la guitarra por más que la guitarra no esté.
MOYA: Exactamente. Está marcando una esencia, una guía.
Las letras, un tema aparte – pero no tanto
AZAR: Y en el caso de las letras, ¿cómo las trabajás? ¿Cómo trabajás las letras para las canciones? ¿Cómo vas articulando esa famosa “música y letra”?
MOYA: Justo venía pensando en mis procesos de crear canciones, que han ido cambiando también. La mayoría de las veces las cosas surgen desde lo lúdico, con una idea concreta de “ahora necesito hacer una canción que hable de esta situación que estoy atravesando.” La mayoría de las veces son cosas muy propias. Después de que sale una idea base, yo trabajo mucho en la sonoridad de las palabras. Ahí hago una cuestión muy paralela. Casi nunca escribo una letra entera y después la musicalizo. La mayoría de las veces juego con el ritmo para ver qué palabra se puede adaptar mejor, dentro de la idea, a esa rítmica y sonoridad. Me parece muy importante el sonido de las palabras. Y bueno, a veces se encuentra la palabra justa y otras veces no. En esa búsqueda siempre ando.
AZAR: ¿Vos escribís, aparte de las letras de las canciones, otro tipo de texto, o poético o narrativo? O sea, ¿la escritura forma parte (de tus obras) o está solamente ligada al oficio de cantora y cantautora?
MOYA: Siempre me gustó escribir, aunque no desarrollé mucho ese lado – sobre todo el narrativo, casi nunca – pero he escrito algunas cosas y también transité talleres de escritura de Carla Curtis que me abrieron un montón de posibilidades e ideas.
AZAR: Además Carla maneja el tema del juego, la sonoridad, y el canto también.
MOYA: Tal cual, y nos conocemos hace un montón de años. Yo fui una de las primeras en participar de sus talleres. Sí que escribo bastante poesía y textos poéticos, no solo canciones. De hecho, tengo un montón de cosas descartadas que no son canciones. En este momento sí estoy más abocada a escribir canciones, pero hubo momentos en los que fui mucho más una escritora.
AZAR: Pero eso alimenta, de todas maneras. La escritura, en este caso ligada a la canción, (sirve) por más que queden escritos sueltos, porque se pueden reciclar, retomar, o resignificar.
MOYA: Muchas veces se retoman algunas cositas, porque quedan ahí. Hay un gran archivo (risas).
AZAR: ¿Quiénes componen tu banda ahora?
MOYA: En la banda están Leandro Yanhi en teclado, Guillermo O’Connor en guitarra y coros, Daniel Ceballos en bajo, y Aníbal Serenelli en batería.
AZAR: Y vienen trabajando ya hace un año.
MOYA: En 2020 volví de Rosario. Tuve un tiempo de acomode y después empecé a armar esta banda. A Daniel (Ceballos) lo escuché, por ejemplo, tocando con una banda en homenaje a (Luis Alberto) Spinetta y me pareció muy groso cómo tocaba, y me parece un divino como persona. Ahí fui armando esta banda y vinimos trabajando. Durante 2021 tuvimos varias presentaciones interesantes: tocamos en la peña del Festival del Litoral. En 2022 vinimos más bien trabajando en las canciones más puntualmente – son muy detallistas los chicos.
AZAR: ¿Esa es una virtud o un defecto?
MOYA: Para mí es una virtud. Hay que equilibrarlo, pero para mí es una virtud.
AZAR: Bandas se han separado por ese tema. Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, por ejemplo, dicen que fue por eso.
MOYA: No sabía ese dato.
AZAR: El Indio (Solari) es un obsesivo en el estudio y Skay (Beilinson) quería que salgan las canciones.
MOYA: Ah, pero no es lo mismo ser detallista que ser obsesivos (risas). Ahí hay un clic.
AZAR: Puede ser, puede ser. Hay una traslación de sentido y significado.
El nacimiento de una banda
AZAR: ¿Cómo elegís los integrantes de la banda? ¿Vos sos solista o es un grupo? Vos sos solista con una banda.
MOYA: En estos momentos soy solista con una banda, pero pienso que en un futuro se irá transformando cada vez más en banda. Eso depende mucho de las dinámicas y los tiempos de cada uno – cómo se dan. Para mí, acá en Posadas (Misiones, Argentina) es muy difícil sostener un equipo de banda, por el hecho de que la mayoría de les músiques tocan en varios proyectos, con lo cual sostener económicamente un solo proyecto es muy difícil para ellos. Eso tiene mucho que ver. En este momento tengo la suerte de que, a pesar de que Aníbal (Serenelli), por ejemplo, toca en muchos proyectos, tienen mucha predisposición y disponibilidad de tiempo, además de compromiso con el proyecto. Eso me parece súper importante, y creo que la banda va evolucionando a eso – a una banda. Igualmente las composiciones las hago yo. Hasta ahora, eso viene siendo así.
AZAR: Vos escuchaste tocar a Ceballos, por ejemplo, y después ¿cómo fuiste armando el resto de la banda? ¿Cómo dijiste “quiero esta persona”?
MOYA: Porque Guille (Guillermo O’Connor), por ejemplo, siempre tocó conmigo. Me encanta Guillermo O’Connor. Me parece un gran guitarrista y, sobre todo, muy observador de lo que uno quiere como solista. Por lo menos, yo me entiendo con él en ese sentido. A veces es muy difícil explicar cómo uno quiere que suene la canción, entonces cuando encontrás a una persona que sabe decodificarlo, está bueno. Por eso hace muchos años que tocamos con Guille. Habíamos tenido un tiempo largo en el que cada uno hizo sus cosas, porque él vivió en Buenos Aires y yo me fui, y ahora que nos reencontramos me parece hermoso poder volver a tocar con él. Con Leandro (Yahni) me pasa algo similar, y a Aníbal me lo propuso Guille. Lo escuché tocar y me parece que le encanta, también, su estilo y gusto musical. Se armó así.
La inclusión, un tema pendiente
AZAR: Ceci, una reflexión o tu mirada con respecto a la Ley de Cupo Femenino y si se está o no aplicando en la provincia (de Misiones, Argentina)
MOYA: A lo último de todo iba a decir que en mi banda son todos varones (risas). A mí me parece que la Ley de Cupo es algo súper necesario en este momento. Hay muchas críticas, pero me parece que nos ha cambiado un montón a nosotras la posibilidad de estar. Siento que, por supuesto, todavía no se cumple. Nosotras desde el MUM (Músiques Unides de Misiones), por ejemplo, estamos haciendo un gran trabajo de estar atentas cada vez que vemos grillas que no se cumplen, de hacer las denuncias correspondientes al INAMU (Instituto Nacional de la Música), pero hay que estar todo el tiempo sosteniendo este trabajo, de que se cumpla, porque por sí misma no se logra cumplir todavía. Es un trabajo largo. Primero, para que la gente conozca de la existencia de la Ley, y, más allá de eso, que se la tome en serio y se la cumpla. Pienso que eso, a la larga, va a esclarecer todos estos escenarios de que – por ejemplo, y no he hecho una estadística – hay menos mujeres tocando instrumentos que hombres, y hay menos mujeres aún dedicándose a eso, oficialmente y como trabajo. Pienso que es un camino largo, que hay que evaluar por qué sucede que somos menos mujeres cantando y tocando – sobre todo tocando – porque creo que el lugar de cantantes siempre fue un poquito más espaciado para la mujer, pero en cuanto a los instrumentos cuesta un poco más.
AZAR: Pienso que es como un entramado complejo donde la Ley está en una parte, que es la que tendría que obligar y aplicarse, y después hay todo un espacio que no sé si tiene que ver con capacitación, formación, difusión, y promoción para que haya artistas instrumentistas mujeres. O sea, que haya espacios donde se puedan generar nuevos semilleros. Estoy seguro de que hay un montón, pero por ahí no son visibles.
MOYA: Claro, totalmente, y además ya de por sí históricamente hay una brecha. Entonces, necesitamos darle un apoyo extra a esta situación, para que las mujeres y disidencias podamos acercarnos un poco más a la equidad, al equilibrio. Así de por sí, solo, no va a suceder tan fácilmente. Hay que darle apoyo. Y también generar estructuras que se sostengan y cumplan, como la Ley, que me parece una herramienta súper interesante, pero que tiene que empezar a funcionar cada vez más. Y habrá otras capacitaciones también, como vos decís. Hay que tener en cuenta también todo el interior de Misiones.
AZAR: Ceci, muchas gracias por esta entrevista.
MOYA: Gracias a ustedes. Un beso.
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Esta entrevista fue realizada originalmente en el programa “Cultura en Movimiento” de Radio Libertad. Productora de “Cultura en Movimiento”: Melisa Gómez Galeano. Operación Técnica de Radio Libertad: Héctor Komisarski. Seguí a “Cultura en Movimiento” en Instagram.