Gracias por perder sin perder la cabeza,
‑sin bidones ni alfileres ni goles con la mano,
sin milicos en las gradas ni Grondonas en la trampa-.
Gracias por jugar en equipo!
Han hecho más sencillo el modo de contarles
a los pibes
de qué se trata esto de hacer patria
‑sin tirarla para afuera
sin análisis de orina
sin borcegos
sin gomina
sin la marcha militar-.
Gracias por contagiar la experiencia colectiva
de soñar en equipo,
de llorar en equipo,
sin tentar a la soberbia
sin tentar a la revancha
sin mezquinar la belleza de la solidaridad.
Orgulloso,
orgulloso signo de los tiempos,
signo de este tiempo de inclusiones,
así te quiero mi país,
así te quiero,
patria de mis hijas,
hijas de mi país.
Estamos ganando la paz,
pudieron haber dicho los diarios.
Y deberían de hacerlo todavía!
En la paz nunca se pierde!
Orgullosamente segundos,
orgullosamente mascheranos que nunca,
orgullosamente sudamericanos.
Levanten las banderas!
Te banco a vivir!