Confusión

2
69

Al odio le fas­ci­na­ba odiar, pero con el paso de los años comen­zó a abu­rrir­se de hacer todos los días lo mis­mo. Que­ría expe­ri­men­tar algo dife­ren­te, enton­ces se le ocu­rrió que sería bueno fin­gir con­duc­tas del amor unos días para expe­ri­men­tar sen­sa­cio­nes nue­vas.
¡Eso sí! Se pre­pa­ró psi­co­ló­gi­ca­men­te un tiem­po para ello iba dos veces por sema­na a tera­pia por­que no le sería nada fácil poder lle­var a cabo su empre­sa… ¿Dón­de se ha vis­to que el odio ame, abra­ce, mime, pro­te­ja, cui­de, valo­re y quie­ra? Pero bueno, la curio­si­dad podía más y esta­ba dis­pues­to a todo… Sus ínti­mos ami­gos: el ren­cor, el abo­rre­ci­mien­to, la ene­mis­tad y la anti­pa­tía cuan­do se ente­ra­ron de esto se pusie­ron envi­dio­sos… ¿Cómo no se les ocu­rrió esa genial idea a ellos?
Y así fue que el odio aban­do­nó el cora­zón que cómo­da­men­te habi­ta­ba hacía más de diez años y comen­zó a deam­bu­lar por la ciu­dad, algún des­amo­ra­do cora­zón le daría cabi­da pron­to sin dis­cer­nir si era el fal­so o el real amor por­que per­so­nas nece­si­tan­do afec­to es lo que más abun­da en el mun­do .
Se diri­gió a la pla­za cen­tral y se camu­fló detrás de un ban­co a espe­rar algu­na pre­sa. A los quin­ce minu­tos se sen­tó allí Juan a fumar un ciga­rri­llo y ¡Zas! se le intro­du­jo (con la ayu­da del des­áni­mo y el resen­ti­mien­to). Lue­go de algu­nos inten­tos no con­si­guió amar como el ver­da­de­ro amor a pesar de ser exper­to en astu­cia e hipo­cre­sía por­que su esen­cia no es genui­na, pero no se da por ven­ci­do, de vez en cuan­do vuel­ve a visi­tar el cora­zón de Juan y sigue inten­tan­do imi­tar al amor pero has­ta el día de hoy no lo ha logra­do.
¿Y Juan? ¡Pobre Juan! Estan­do en sus mejo­res días de vien­to apa­ci­ble de repen­te soplan vien­tos hura­ca­na­dos, los momen­tos más subli­mes y pací­fi­cos de un momen­to a otro se trans­for­man en fuen­te de dis­cor­dias y ren­ci­llas. No se da cuen­ta que el amor que va y vie­ne en su cora­zón no es el ver­da­de­ro. Tam­po­co entien­de por qué más de una vez la mujer que ama (o cree que ama) le gri­ta: ¡Te odio Juan, eres un Don­juán!

Artículo anteriorSentado frente al río
Artículo siguienteEl ángel del río
Nació en Oberá, la que brilla. Ejerce la docencia y es miembro de AELIJUM (Asoc. de escritores de literatura infanto juvenil de Misiones ) Sus obras se publican desde el 2003 en suplementos, antologías y ediciones propias. Últimas publicaciones: Todo el país en un libro Antología de Narrativa Contemporánea seleccionada por Sergio Gaut Vel Hartman que reúne en un libro federal a escritores de todas las provincias argentinas –Ediciones Desde la Gente – (2014) Moralina- Micro ficciones y poesías- Edic.de la autora (2014) *Los Abrazos de Pomposo 1 y 2 Cuentos infantiles. Ed. de la autora (2014) Joaquín y la taca taca – 2da Colección Taca Taca - AELIJUM. (2014)