Que me dice tu boca,
cuando en silencio estás,
se talla en tu rostro una sonrisa
y persigo con mis ojos
el largo de tus labios.
Interno infierno
me condena al pensamiento,
repitiendo frases de aliento
a esa dicha incompleta.
Verte reír sin palabras
me mata, prefiero tu voz
confirmando algún sentimiento
y no tu dulce gesto
que sin palabras
a mi corazón engaña.