De nombre científico “Psychrolutes marcidus,” el llamado “pez gota” o “pez borrón” se volvió viral hace unos años en internet por su “fealdad” y apariencia deprimida. Pero en realidad el pez no luce así, sino que la fotografía fue sacada cuando estaba fuera de su hábitat natural, muerto, y además aguantando un nivel de presión vastamente diferente al que su cuerpo está diseñado para aguantar, que generalmente ronda la presión presente en profundidades superiores a los quinientos metros. Son especialmente prevalentes en los océanos Pacífico, Atlántico, e Índico. El caso del pez gota, varias veces convertido en meme, puede ser una ocurrencia bastante graciosa, pero en realidad también demuestra la tendencia que tenemos de proyectar los estándares de belleza incluso en aquello que no es humano — la razón por la que, muchas veces, animales domésticos no pueden encontrar dueños, por ejemplo. En un artículo de la BBC sobre el tema se menciona a una asociación, la Sociedad de Preservación de Animales Feos, que se dedica a concientizar sobre este problema. Pero, dada la naturaleza de este problema, tan intrínsecamente social y cultural, tal vez su razón sea algo mucho más profundo de lo que se ve en la superficie.