Tareck El Aissami, quien se desempeñaba como ministro de Petróleo de Venezuela desde 2020 y había ocupado otras importantes posiciones con anterioridad, anunció su renuncia en el marco de una ola de despidos y arrestos de funcionarios públicos con el objetivo de disminuir los niveles de corrupción dentro del gobierno venezolano, con el presidente Nicolás Maduro llamando a que el proceso sea abarcativo, “caiga quien caiga.” Como consecuencia, Venezuela dio inicio a una masiva investigación por corrupción en la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PVDSA), la encargada de manejar el patrimonio petrolífero del país y la responsable del 18% de las reservas petrolíferas mundiales. El Aissami apoyó públicamente las medidas anticorrupción del gobierno, que se extendieron a varias ramas del aparato estatal, incluyendo al Poder Legislativo y Judicial, aunque presentó su renuncia después de que dos hombres cercanos a su posición fueran arrestados por la Policía Nacional Contra la Corrupción (PNCC) y que se divulgase un reporte que indicaba una defraudación a PVDSA de más de US$ 3 mil millones. El Aissami dijo que puso su cargo a disposición para colaborar con la Justicia y el proceso anti-corrupción.