El flamante monarca británico tenía programado visitar Francia durante estas fechas, pero hoy el presidente Emmanuel Macron dijo que tal visita en el contexto de las fuertes protestas por la reforma jubilatoria estaría en contra del espíritu de “sentido común y amistad” que, según él, une a ambas naciones. La decisión también se vio influenciada por el anuncio de varios trabajadores franceses sobre sus planes de ofuscar la visita diplomática obstaculizando en todo momento el recorrido del rey y de la mala imagen pública que causaría reunirse con un “diplomático” en medio de las protestas, una reunión que haría relucir las contradicciones entre la clase política y la trabajadora, además de mostrar un acercamiento que bien podría paralelizar el orden actual con el antiguo orden monárquico que reinaba Francia antes de la revolución — y, aún como simple abstracción, igual lo hace. ¿Será que el rey tiene las mismas preocupaciones que los trabajadores, que ahora se ven obligados a trabajar durante todavía más tiempo? Todo indica que no (hace poco, Carlos fue criticado por hablar del aumento del costo de vida en Reino Unido, que está sufriendo de niveles inflacionarios inéditos en décadas, mientras estaba sentado en un trono de oro). En la conferencia de prensa que ofreció hoy, Macron también condenó la “violencia ejercida por los manifestantes,” a pesar de los varios videos que muestran una represión policial muy por encima del actuar de los trabajadores.