A partir de abril, detectar usuarios reales en Twitter podría ser mucho más difícil

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Logos de Twitter y billetes de dólar estadounidense pueden verse en esta ilustración, 10 de agosto de 2022.(Foto: Dado Ruvic/Reuters)
Logos de Twitter y billetes de dólar estadounidense pueden verse en esta ilustración, 10 de agosto de 2022.(Foto: Dado Ruvic/Reuters)

Median­te la cuen­ta ofi­cial de Twit­ter Veri­fied, el pro­gra­ma de la empre­sa encar­ga­do de man­te­ner los famo­sos “ticks azu­les” que antes eran usa­dos para dife­ren­ciar cuen­tas reales de per­so­na­li­da­des cono­ci­das de cuen­tas fal­sas, y que des­de que Elon Musk tomó con­trol de la com­pa­ñía se exten­die­ron a todos aque­llos usua­rios que eli­gie­ran pagar por una sus­crip­ción de US$ 8/mes, Twit­ter anun­ció que a par­tir del 1º de abril los ticks azu­les “de lega­do” (como se les lla­ma a aque­llos que se usa­ban para dife­ren­ciar per­so­na­li­da­des de cuen­tas fal­sas antes de la com­pra de Elon Musk) serán des­fa­sa­dos en favor de un sis­te­ma úni­ca­men­te acce­si­ble median­te una sus­crip­ción al ser­vi­cio antes men­cio­na­do. Es decir, a par­tir de aho­ra, todas aque­llas per­so­na­li­da­des o empre­sas que deseen dis­tin­guir­se de cuen­tas fal­sas debe­rán pagar US$ 8/mes (o has­ta US$ 1.000/mes, depen­dien­do de cada caso) para man­te­ner su veri­fi­ca­ción.

El movi­mien­to fue vis­to por algu­nos como una manio­bra de Musk para crear otra vía de finan­cia­ción para la empre­sa, que ape­nas cam­bió de due­ño pasó de coti­zar en la bol­sa a ser com­ple­ta­men­te “pri­va­da,” algo que, jun­to al sobre­pre­cio que Musk pagó por ella (que exce­día el pre­cio real por más de US$ 20 mil millo­nes, según se con­fe­só inter­na­men­te) y la ya de por sí baja ren­ta­bi­li­dad de la empre­sa, creó una deu­da extra­or­di­na­ria que aho­ra su cúpu­la inten­ta sub­sa­nar inten­tan­do abrir nue­vas vías de finan­cia­mien­to por doquier, inclu­yen­do median­te ser­vi­cios de sus­crip­cio­nes. Sin embar­go, y al igual que muchos nota­ron ape­nas se intro­du­jo Twit­ter Blue, la sus­crip­ción para tener un tick azul en tu per­fil, que el pri­vi­le­gio esté dis­po­ni­ble para todo aquel que pue­da pagar­lo es peli­gro­so, pues sur­gen un núme­ro gran­de de cuen­tas fal­sas que pue­den con­fun­dir. Aho­ra, con la posi­ble ausen­cia de los ticks azu­les “de lega­do,” el pro­ble­ma podría empeo­rar, pero de acuer­do con Musk esto está jus­ti­fi­ca­do: dice que el sis­te­ma ante­rior era com­pa­ra­ble con el feu­da­lis­mo — o cual sea la defi­ni­ción de “feu­da­lis­mo” que tie­ne Musk, que casi de segu­ro no es la correc­ta — y, aun­que es cier­to que la con­ce­sión de ticks azu­les depen­día en mayor o menor par­te del acer­ca­mien­to de la figu­ra reci­pien­te al dis­cur­so hete­ro­gé­neo del momen­to, la alter­na­ti­va, cons­ti­tui­da de esta for­ma, pue­de lle­gar a ser peor.

Tam­bién está el fac­tor troll. Musk es cono­ci­do, de una for­ma lamen­ta­ble, por su inten­to de ape­lar a los más jóve­nes pero solo atra­yen­do a aque­llos igual­men­te super­fi­cia­les que él (y aún así gene­ran­do comen­ta­rios de otras per­so­nas, como este), y par­te de ese inten­to es hacer­se el troll, pro­me­tien­do cosas que no son o retrac­tán­do­se des­pués con la excu­sa de que fue un chis­te o un enga­ño des­de el prin­ci­pio. Saber has­ta qué gra­do esta per­so­na­li­dad de troll es ver­dad requie­re más inves­ti­ga­ción, pero por lo pron­to su sola exis­ten­cia tam­bién hace dudar sobre si el anun­cio de Twit­ter Veri­fied pasa­rá de ver­dad o no (el 1º de abril se fes­te­ja el Día de los Ino­cen­tes en Esta­dos Uni­dos). Inde­pen­dien­te­men­te de ello, muchas empre­sas ya han mani­fes­ta­do que no pla­nean pagar sus­crip­cio­nes para que sus emplea­dos (mayor­men­te en la indus­tria perio­dís­ti­ca) con­ser­ven sus ben­di­tos “ticks azu­les.”