
Mediante la cuenta oficial de Twitter Verified, el programa de la empresa encargado de mantener los famosos “ticks azules” que antes eran usados para diferenciar cuentas reales de personalidades conocidas de cuentas falsas, y que desde que Elon Musk tomó control de la compañía se extendieron a todos aquellos usuarios que eligieran pagar por una suscripción de US$ 8/mes, Twitter anunció que a partir del 1º de abril los ticks azules “de legado” (como se les llama a aquellos que se usaban para diferenciar personalidades de cuentas falsas antes de la compra de Elon Musk) serán desfasados en favor de un sistema únicamente accesible mediante una suscripción al servicio antes mencionado. Es decir, a partir de ahora, todas aquellas personalidades o empresas que deseen distinguirse de cuentas falsas deberán pagar US$ 8/mes (o hasta US$ 1.000/mes, dependiendo de cada caso) para mantener su verificación.
El movimiento fue visto por algunos como una maniobra de Musk para crear otra vía de financiación para la empresa, que apenas cambió de dueño pasó de cotizar en la bolsa a ser completamente “privada,” algo que, junto al sobreprecio que Musk pagó por ella (que excedía el precio real por más de US$ 20 mil millones, según se confesó internamente) y la ya de por sí baja rentabilidad de la empresa, creó una deuda extraordinaria que ahora su cúpula intenta subsanar intentando abrir nuevas vías de financiamiento por doquier, incluyendo mediante servicios de suscripciones. Sin embargo, y al igual que muchos notaron apenas se introdujo Twitter Blue, la suscripción para tener un tick azul en tu perfil, que el privilegio esté disponible para todo aquel que pueda pagarlo es peligroso, pues surgen un número grande de cuentas falsas que pueden confundir. Ahora, con la posible ausencia de los ticks azules “de legado,” el problema podría empeorar, pero de acuerdo con Musk esto está justificado: dice que el sistema anterior era comparable con el feudalismo — o cual sea la definición de “feudalismo” que tiene Musk, que casi de seguro no es la correcta — y, aunque es cierto que la concesión de ticks azules dependía en mayor o menor parte del acercamiento de la figura recipiente al discurso heterogéneo del momento, la alternativa, constituida de esta forma, puede llegar a ser peor.
También está el factor troll. Musk es conocido, de una forma lamentable, por su intento de apelar a los más jóvenes pero solo atrayendo a aquellos igualmente superficiales que él (y aún así generando comentarios de otras personas, como este), y parte de ese intento es hacerse el troll, prometiendo cosas que no son o retractándose después con la excusa de que fue un chiste o un engaño desde el principio. Saber hasta qué grado esta personalidad de troll es verdad requiere más investigación, pero por lo pronto su sola existencia también hace dudar sobre si el anuncio de Twitter Verified pasará de verdad o no (el 1º de abril se festeja el Día de los Inocentes en Estados Unidos). Independientemente de ello, muchas empresas ya han manifestado que no planean pagar suscripciones para que sus empleados (mayormente en la industria periodística) conserven sus benditos “ticks azules.”