Así lo anunció el vicepresidente de la Duma Estatal (cámara baja) del Asamblea Federal de Rusia, Alexánder Babakov. El BRICS es una unión de países actualmente conformada por Brasil, Rusia, India, China, y Sudáfrica, cuyas iniciales hacen a su nombre. Babakov dijo que la nueva moneda sería “fundamentalmente nueva” y que se está considerando todavía si tomará o no la forma de una moneda completamente digital. Su principal objetivo sería contrarrestar la influencia que el dólar y el euro tiene en las regiones representadas por cada país, creando una alternativa más federal a la hegemonía de la moneda estadounidense y de la europea que, tal y como aclararon desde Rusia, no “tienen respaldo físico,” y poseen un valor basado, en gran parte, en la especulación y el uso masivo por partes de naciones del llamado “tercer mundo,” un uso que está, muchas veces, condicionado por la intervención de organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que animan a su dependencia. Babakov afirmó que la nueva moneda estaría respaldada por un conjunto de recursos naturales, materias primas, y hasta territorios de las zonas participantes, y que se anunciaría oficialmente en la próxima cumbre del grupo internacional, a celebrarse en agosto próximo en Sudáfrica.
El BRICS es conocido por su oposición al G‑7, o Grupo de los 7, integrado por Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Japón, Francia, Canadá, y la Unión Europea, sirviendo como un escenario de cooperación entre economías emergentes antes que hegemónicas, o aliadas a Estados Unidos. Argentina está actualmente en negociaciones para unirse al grupo y formar el “BRICSA,” pero su inclusión todavía se encuentra dependiente de las negociaciones de los miembros existentes, mayormente porque el grupo todavía no posee ninguna norma o estatuto que regule la inclusión de nuevos miembros. El último país (y también primero) en unirse después de la formación fue Sudáfrica (antes, el organismo se llamaba “BRIC”), que se integró en 2011. Entre los demás países que consideraron unirse está Bielorrusia, Afghanistán, Siria, Irán, y Arabia Saudita, entre otros.