Surcos de Santa Ana, San Javier , Loreto.
En esas alturas de Itacaruaré.
Los cerros la lloran, los niños preguntan,
Porque hoy María , no aparece más.
Su alma perdura allá en la Trincheras,
En su Club Palomas , sede natural.
María no ha muerte,
Por más que su cuerpo, cansado de andar,
Descanse muy lejos , en su Paraguay.
De joven , muy niña, juró por la Virgen
Mientras tenga fuerzas,
no habrá niños pobres, tristes , ni sin pan.
Muy de madrugada, con lluvia , con frio,
Canastos cargados, con todos sus niños
Al Baliña irán.
Frutas, caramelos, harina y cigarro.
Seguro la siesta sera el Hospital.
No descansa nunca. Golpea mil puertas.
Es ella Maria , la del Club Palomas
Madre de mil niños por necesidad.
Fue madre de todos , sin tiempo, con ansias,
Si vida ocupada, son muchos los niños,
mujeres y ancianos que esperan su andar.
Por eso su vida , tan llena de amor,
No tuvo la pausa, para un hombre solo.
Es que a un hombre solo , no podria amar.
Capelina blanca, zapatos muy duros,
Lastiman las piedras, sus bolsos pesados,
Tiene que llegar.
Respira cansada, su gesto dolido,
“y el maldito asma” que su frágil cuerpo,
Consumiendo estan.
“Si Dios y la virgen me llevan algun dia,
Quedaran mis hijos, para trabajar”
La mejor manera de honrar su memoria
Es seguir su obra, por la caridad.
Haran la doctrina, la oracion al alba,
Visita a la Virgen o hacia el Hospital.
Seran Reyes Magos, Jugaran al futbol,
Y en los 17 de Agosto, habra mucha fiesta
Musica y bailanta.
Entonces Maria…nunca morira.