“La felicidad está en la libertad
y la libertad en el coraje”.
Pericles
El jueves 29 de agosto de 2014 se cumplía la vuelta número 100 a la Plaza 9 de julio. Cada jueves, docentes jubilados se nuclearon en un frente de reclamos al que llamaron MAREA BLANCA. Nombre acorde a los ideales que ostenta el grupo. Un grupo que comenzó con seis docentes jubilados para reclamar las falencias económicas que eran excesivas y evidente en los recibos de sueldo.
Uno de los primeros valientes, Julio Ríos, no pudo realizar el trayecto planificado, la muerte se lo llevó prematuramente.
Yo, como docente jubilada, alguna vez escuché de esa gira cuadrada que se estaba transformando en una suave y sana costumbre. Me interesé y acompañé a mi amiga y, desde casi el principio, conformamos ese ramillete de gente mayor que aspiraba lograr los derechos adquiridos y establecidos en el Estatuto Docente.
Poco a poco logramos que los oídos sordos aún así oyeran los reclamos.
Eso por un lado porque a medida que transcurrían los jueves otros objetivos se fueron logrando a través de la reconocida creatividad docente como la venta de rifas, con la colaboración monetaria voluntaria, almuerzos comunitarios… y al tiempo se hicieron visibles la revista “Marea blanca” (a la actualidad cuatro números), la bandera argentina de treinta metros y otros.
El líder se simboliza en Vitalino Acosta que haciéndose cargo de la importancia de nuestras presencias compró de su propio peculio el equipo electrónico que aunó aún más a las voluntades de los jueves. Lo acompañan en este liderazgo Feredico Holtz, Enrique Walantus, Faustino Fleitas, Ana María Irigoitía y otros tantos que conforman toda una cohorte de docentes que en la docencia activa sobresalieron en la sociedad misionera.
La recordación vale para visualizar con la mirada interior a autoridades, supervisores, maestros y la alegría que producían en mí al observarlos con el caminar disminuido con o sin bastón hasta con silla de ruedas en búsqueda de una vejez más justa.
Lamentablemente el tiempo derrumba ideales y esa vuelta número cien, sólo contó con veintidós presencias. Una pena pero así es la vida y lo que escribió Amado Nervo coincide para este final:
“Hoy cerca de mi ocaso
yo te bendigo vida…
Elsa Fabiana Cantero “Chita”