A
¿ves que hay algo entre nosotros?
una veta imperceptible
donde jadean mis demonios y tu saliva.
B
Voy a entrar descalzo
a mojarme los pies con estas lágrimas malditas.
C
Escucho el chasquido de esa lengua grotesca
lamiéndole la espalda a lo que llaman destino.
D
En mi velatorio no hubo nadie que llevase puesta la piel.
Los espíritus bellos no necesitan de disfraces.