Plantaban flores
ellos las arrancaban
no querían ver
en sus rostros la felicidad.
Tantas veces las cultivan
iguales las aplastaban.
Siguieron plantando
no se rendían
tenían toda la vida,
tampoco las flores se acabarían.
Pasado el tiempo
en su maldad
no satisfechos
se cansaron
no las sacaron más
y los jardineros
vieron las flores,
los colores,
sus sueños que nunca
por más que intentaron
no los pudieron arrancar.