Pestañas rugientes
rudos engranajes
en éstas tierras calientes.
Puñal de acero
espada latente
enemigo de naturalezas
ardientes.
Si acaso, algun árbol
conjugara en retos
obstruirian tus
macabros y montuosos
sonidos.
Lágrimas de virutas blancas
esparces
sobre las especies perdidas.
Sacudes en temblor
entramados nidos que
acostumbran en moradas
las que al piso llegarán
tristes y arrojadas.
No esparsas en sangre
al árbol cortado
sin piernas perdurarán
detras del sol se esconderán.
El tenue verde, casi amarillentos
afiebrados resistirán
en temporadas
incipientes al dolor.
Resinosas savias en lágrimas
al suelo seco y obstinado
en silencios... siempre en silencios
lamentarán
en el perjurio y la desazón
del árbol herido.