
Llaman ustedes a este mágico lugar Cerro Corá, “el corral de cerros”. Por apatía profana de milenios les ha quedado un nombre que designa el vacío, renegando de lo que encierra, renegando de su mística y espiritualidad. Pero esto no siempre fue así, porque en este corral, los duendes, hemos preservado, resguardado y tutelado el último bastión de sacralidad. Para nosotros ha sido siempre Ñanderhú Cora, es decir, “allí donde el Padre que habita en la naturaleza guardó aquello que es de él”, ese lugar sagrado, nuestro lugar, está hoy en medio de una coyuntura histórica sin precedentes, en la que se debate su destino y porvenir. El coloso progreso es su amenaza.
No es acaso el uso de agrotóxicos en sus chacras como el glifosato (round up) una evidente muestra de perfeccionamiento?, no han sido los venenos sistémicos en su horticultura lo que significo una mejora? No ha significado acaso una clara muestra de perfeccionamiento el uso de motosierras para la tala indiscriminada? Todos estos adelantos, mejoras y perfeccionamientos son el tan mentado progreso, tecnologías y métodos invasivos, de exterminio, contaminación y muerte. Está el progreso asociado también a la radicación de industrias, pero cuántas de ellas conocen que no traigan tras de sí la destrucción sistemática del medio ambiente y la aparición de villas miseria?.
El único progreso real, vuestro verdadero mandato como especie, aquello que en realidad anhelan como seres humanos es el de alcanzar paz interior, y han adoptado el manual equivocado, un manual que los condena indefectiblemente al atraso y al retroceso. Uds son el medio ambiente, SON ESO, y al destruirlo, contaminarlo, someterlo lo único que conseguirán es hacerse daño a ustedes mismos.
Vivimos en un lugar privilegiado, un verdadero paraíso que nos conecta con energías vitales ya hace tiempo olvidadas por vuestra especie, energías de un orden interior ancestral que se nutre de la comunión con la naturaleza. Ese paraíso está amenazado hoy por hoy. Autovía es hoy metástasis, éxodo rural es hemorragia, robos y delincuencia son infección. El cuadro clínico general no es muy alentador.
Durante millones de años, los duendes hemos cuidado de este reino, de todo lo que habita en él, incluyendo a ustedes, quienes han sabido darnos más trabajo que ningún otro, siempre buscando más, siempre queriendo más, siempre insatisfechos, siempre soberbios e incómodos.
Ñanderhú fue el de la paciencia, el de las expectativas y esperanzas, no nosotros. Pero es ahora que pecamos al romper nuestro pacto de silencio, necesitamos decir, hacernos oír porque estamos agonizando, nuestro alimento escasea, nuestros vitales elementos: el silencio, la diversidad, la quietud, la armonía. Vuestra desidia es nuestro verdugo, vuestra ignorancia nuestra enfermedad, vuestro olvido por codicia nuestra sepultura.
Cerro Cora es el último de los reinos puros de Ñanderhú… AYUDENNOS!