Va pal paraíso
el hijo de las leyes...
No pudo quizás,
o sólo un poco,
curar con raíces
la necedad de los partidos,
los colores al asedio,
el brazo augusto alzando los puñales.
Salvador con la esperanza fija
en las grandes alamedas,
desde tu lugar democristiano,
allende los golpes,
tiende tu mirada,
todavía necesaria.
(aniversario de la muerte de Salvador Allende 1908–1973, Chile)